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TPM - el método de gestión que identifica y trata las pérdidas en el sistema productivo

TPM como método de gestión del sistema productivo

TPM —Total Performance Management—, como modelo de gestión, actúa principalmente para identificar y eliminar de forma sistemática las pérdidas. Fue creado e implantado en 1971 por el profesor Seiichi Nakajima en la empresa Nippon Denso CO. Ltd., del Grupo Toyota. Debido a los cambios en el mercado y sus demandas, fue necesario el cambio gradual de TPM, que pasó por tres fases evolutivas:

1ª Fase) TPM – Total Productive Maintenance (1971 a 1989): con enfoque en equipos, líneas y celdas de producción, TPM trató principalmente las pérdidas en los equipos, buscando la eliminación de las grandes pérdidas que afectan la productividad y tienen relación directa con los resultados;

2ª Fase) TPM – Total Productive Management (1990 a 2000): con actuación en toda la empresa y abarcando las áreas de apoyo a la producción, todos los procesos productivos y administrativos, TPM amplió su alcance a todos los tipos de pérdidas (equipos, materiales, insumos y personas) identificadas en el sistema de producción, aumentando así el potencial de resultados del método;

3ª Fase) TPM – Total Performance Management (2001 hasta la fecha): con actividades enfocadas en toda la cadena productiva, TPM inicia su actuación en el tratamiento de los activos productivos 4Ms+1T (Machine, Method, Material, Man & Time), con base en la eliminación de las pérdidas, relacionando la influencia de estos activos con las pérdidas encontradas en todas las etapas productivas, desde la recepción de la materia prima, sus especificaciones y estándares de calidad hasta la producción, almacenamiento, transporte y entrega del producto al cliente.

Durante este tiempo se preservó mucho el método original, sobre todo las tres características básicas:

1) Eficiencia económica con un Mantenimiento Productivo rentable – MP
2) Sistema total (MP – PM – CM)
3)  «Jishu Hozen» – Mantenimiento Autónomo realizado por los operadores en pequeños grupos.

Estas características están presentes en TPM como método de gestión, sin embargo muchas veces no se exploran en las empresas.

TPM tiene por finalidad el establecimiento de una cultura empresarial que busca la máxima eficiencia posible del sistema productivo. La actividad de TPM que identifica y trata las pérdidas ha sufrido algunos cambios —como se muestra arriba— que acompañaron los cambios del mercado y, por consiguiente, esta nueva forma de actuación hace que la producción Lean sea el resultado de estas actividades. Siguiendo desde el inicio el método diseñado por el Profesor Nakajima —las 12 etapas de implantación de TPM—, en la 4ª etapa se establecen directrices, objetivos, indicadores y metas de TPM. Esta es una de las etapas más importantes del método, donde la empresa enfoca todos los esfuerzos, a través de TPM y sus pilares, para alcanzar sus metas y, consecuentemente, obtener excelentes resultados.

Las empresas de excelencia diseñan sus componentes operativos con base ​​en sus estrategias de negocio, es decir, todas las actividades de todos los colaboradores deben tener sentido si se evalúan desde el punto de vista estratégico. De esta manera, TPM, al igual que todos los métodos y modelos de gestión que buscan la excelencia operativa, trata de alinear las actividades y operaciones de la organización con la estrategia de negocios, sus directrices, objetivos y metas.

Es común encontrar en las organizaciones personas que realizan sus tareas de forma automática, sin entender la importancia de su trabajo para la mejora de los resultados. Por eso, tienen un desempeño débil y un sentido analítico limitado, no ven muchas oportunidades en su proceso de trabajo, no tienen ninguna noción de cómo estas actividades afectan el resultado y, es más, muchas de estas actividades no agregan valor al producto, que es imprescindible para el crecimiento del negocio y, muchas veces, para su supervivencia.

Al momento de establecer las directrices y metas, hay que desplegarlas en todos los niveles jerárquicos y las áreas de la organización, para que cada colaborador pueda entender su participación en este contexto y cómo puede mejorar su actividad para contribuir a alcanzar las metas globales de la empresa.

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